Esos estudios fueron fundamentales en el reconocimiento por la OMS de la quiropráctica como profesión sanitaria.
Generalmente los pacientes que acuden a nuestra clínica ya hicieron todas clases de masajes, experimentando sensaciones tan agradables como muy breves, tomaron medicación sin cambios a largo plazo, o incluso han sido operados pero siguen con síntomas.
¿Qué explica entonces el éxito de la quiropráctica en esos casos frente a las otras terapias? En resumen:
A lo largo de los años, el cuerpo se ve sometido a varios factores de irritación que ponen a prueba la capacidad de adaptación del aparato locomotor, y particularmente de su eje central, la columna vertebral.
Malas posturas, esfuerzos, sedentarismo, traumatismos grandes o pequeños, el estrés también, todos se van sumando y dejando huellas en el cuerpo, alterando gradualmente la biomecánica vertebral, produciendo limitaciones de la capacidad de una unidad motora vertebral que reciben el nombre de Complejo de Subluxación Vertebral (CSV). Corresponde a lo que la gente llama de manera más popular y menos técnica un “pinzamiento”.
El cuidado quiropráctico de los pacientes con dolor cervical no es un mero alivio del dolor sino que busca solucionar el problema a su raíz, corrigiendo los desequilibrios biomecánicos que con el tiempo terminaron produciendo esa dolor.
Analizamos cómo funciona la columna vertebral del paciente en su conjunto, corrigiendo gradualmente las alteraciones de la mecánica vertebral gracias a breves, suaves y seguros ajustes manuales de las articulaciones vertebrales.
Esos ajustes permiten el retorno paulatino a la normalidad funcional de la columna, desandar el camino que le había llevado a producir ese dolor, y beneficiarse al final de esa recuperación de una columna vertebral realmente más sana.
Con el paso del tiempo, los episodios repetidos de dolor de cuello terminan produciendo artrosis cervical.
Al igual que en cualquier aparato que no esté correctamente ajustado, las piezas del mecanismo que no encajan o no se articulan perfectamente terminan desgastándose tempranamente.
Y cuando este desgaste ocurre en las articulaciones, se llama artrosis, y puede mostrar varias manifestaciones de desgaste articular intervertebral: discartrosis, artrosis de las articulaciones posteriores, osteofitosis (“picos de loro”), uncartrosis. Y en etapas más avanzadas, anterolistesis, estenosis de canal (estrechamiento). En los casos más graves en la zona cervical llega a afectar directamente la médula espinal, y frecuentemente eso hace necesaria la intervención quirúrgica.
Las articulaciones dañadas no pueden volver a su estado anterior, ni con cirugías ni con quiropráctica. Si los pacientes afectados por la artrosis cervical mejoran con tanta frecuencia, es porque dentro de su cuadro de artrosis, los ajustes quiroprácticos permiten que la columna afectada vuelva a funcionar con más normalidad y se aleje del estado sintomático, liberando la capacidad de recuperación del cuerpo.
Con un cuidado quiropráctico preciso y competente, pueden beneficiarse incluso los casos post-operatorios y atendemos con frecuencia a pacientes operados de la columna cervical, ya que suelen seguir con ciertos síntomas tras operarse.
La amplia variedad de técnicas de ajustes quiroprácticos a nuestra disposición, más los 37 años de experiencia clínica intensiva, los miles de pacientes atendidos, el millón de ajustes vertebrales realizados por las mismas manos, caso único en Granada, nos permiten tratar los casos más delicados con un nivel exclusivo de seguridad y eficacia.
Referencias: